El otro día en una conversación informal volvió a salir el tema de lo que se debe o no hacer en twitter, sobre la etiqueta. La cosa venía porque una persona que recién se había dado de alta todavía tenía dudas sobre la terminología (no es sencillo al principio) o sobre porqué desconocidos de repente se ponían a seguirla o incluso cómo le habían detectado.

¿Qué hacer en esos casos? ¿Devolver el follow sin más? ¿Agradecerlo con un frío mensaje predefinido?

Y, ¿porqué me siguen? Compruebo su perfil y, la verdad, no veo nada que me interese; ¿se espera que le siga?

Hace pocas semanas Tristán Elósegui nos dejó un buen post que os sugiero revisar para comprender cómo se sabe lo que contribuye y lo que no en eso que llamamos influencia.

Pero claro, no todo el mundo está pendiente de su Klout Score. Básicamente la cuestión está en que una parte de los que circulan por twitter tienen una sobre cómo desarrollar su presencia y un buen número de ellos pues sencillamente no.

Lógicamente existe un número de personas que no están en twitter simplemente para pasar el rato sino que forma parte de su estrategia de presencia en la red, de su identidad digital y por tanto necesitan saber en qué medida lo que hacen les acerca a sus objetivos o no. Y ahí es donde entran herramientas como Klout o Twitalyzer.

Claro, si sólo tenemos eso en cuenta cada vez que vemos un mensaje de buenos días que incluye varias direcciones de twitter y que a continuación genera una cascada de respuestas podemos pensar dos cosas. Una, que está buscando replys y retweets para mejorar sus ratios de influencia. Otra, que simplemente se pretende ser simpático de buena mañana. ¿Es el hombre un lobo para el hombre? ¿Cómo saberlo?

¿Hay que seguir a todo el que nos sigue? No hay una sola respuesta a esta pregunta. Como es evidente, mientras la red es pequeña no hay problema alguno. Tan solo es una cuestión de cortesía y de si estamos dispuestos a leer los mensajes de alguien sólo porque se haya hecho seguidor nuestro. Ahí cada cual. Haciéndonos seguidores de forma recíproca les dejamos la opción a que nos envíen mensajes directos privados, si no será imposible. Además, ¿cómo saber si alguien puede resultar interesante en twitter si ni tan siquiera le damos una mínima opción?

Pero cuando la red crece en centenares o en millares la cosa se complica. La única forma de mantener conversaciones es monitorizando la red con listas, palabras clave y etiquetas. Entonces es cuando algunos deciden no seguir a todos sino a unos cuantos y a menudo la propia red les califica de gurús, con mayor o menor acierto, por aquello de que no siempre responden a las menciones, etc. Esta misma mañana chicageek se daba por aludida a raíz de un post sobre el tema, ella es una prueba de lo malas que son las generalizaciones.

El mensaje de @chicageek

Entonces si eres de los que ha llegado a twitter sin una estrategia previa, simplemente por curiosidad, ¿qué narices hay que hacer con los seguidores?

Pues lo que te venga en gana, nadie tiene escondido un librito de lo que se debe hacer y además es bueno para todos que siga así, sin normas de etiqueta. De forma que vete avanzando sin rubor ni vergüenza, aquí nadie vino aprendido de casa. El único requisito que se pide para estar en twitter es querer estar en twitter.