Imagino que es la pregunta de moda. Ya no sé cuántas veces me la habrán hecho en los últimos meses. Recuerdo una charla en la que al acabar se me acercó una persona con su libreta y ni corta ni perezosa me dice: «Para una organización como la nuestra, dime en qué sitios debo darme de alta.» Glubs.

La red está inundada de artículos recomendando una u otra , que si ésta o la otra red, que si la más papichúlica de las herramientas…Así que no voy a abusar de vuestra paciencia volviendo sobre los mismos remachados clavos.

Yo el único consejo que me veo capaz de darle a cualquiera es que no coja una borrachera 2.0. Os cuento.

Mi experiencia me dice que en ocasiones las organizaciones que empiezan a acercarse a las redes sociales se dan de alta en todo lo que se mueve, se llame facebook, se llame twitter, youtube, o quora… En primer lugar, como en cualquier otro tema, habrá que preguntarse para qué narices queremos estar en las redes sociales. Y la respuesta no es tan obvia. Reflexionemos también sobre si la respuesta más acertada es en ninguna.

En las redes sociales lo único que hay al otro lado son personas, así que la cuestión se reduce a relacionarse con esas personas. ¿Para qué? ¿Cómo? Bueno, sobre eso, ya hace un tiempo que Carme Pla nos hizo un buen post sobre la visión de McKinsey y la de David Sánchez Bote, dicho sea de paso, más acertada que la de la gran consultora.

Así que dependiendo de qué es lo que pretendo conseguir a través de esas relaciones deberé poder determinar qué tipo de acciones puedo llevar a cabo. Y otra cosa muy distinta es si esas personas y el rol que desempeñan hacia mi utilizan la red o si conocen una determinada herramienta 2.0.

Si lo que buscas es hacer branding y tus clientes no están en facebook, ni lo utilizan ni parece que lo tengan ni medio previsto; ¿valdrá la pena invertir recursos en ello?

Sería fabuloso abrir un canal de atención al empleado en twitter. ¿Seguro? ¿Llevan un smartphone en el bolsillo con 3G?

Las descripciones de puestos podrían estar en una wiki para ir recibiendo aportaciones. ¿Sí? ¿Está nuestra organización culturalmente preparada para ello? ¿Incluida la dirección?

Ya sé que puede parecer un contrasentido en este contarle a la gente que no se apresure a abrir perfiles de empresa. Yo animo a cualquiera a que pruebe todos los nuevos juguetes que le venga en gana. Que trastee, que se equivoque todo lo que haga falta. Que se fije en qué hacen esas personas con las que quiere relacionarse, en qué sitios están, qué dicen y de qué forma lo hacen.

Será entonces el momento de decidir si se aprovechan las oportunidades que da la red y de qué forma lo va a hacer. Seguro que entonces la respuesta a la pregunta se tiene mucho más clara.