Por qué muchas empresas siguen sin saber qué hacer con internet, la publicidad digital o las redes sociales y qué conlleva tener una estrategia realmente efectiva.

 

Muchos departamentos de marketing tienen que lidiar con internet después de años organizando ferias, imprimiendo catálogos y folletos o preparando materiales para la red de ventas.

Y se ahogan haciendo pruebas con la publicidad, las redes sociales o enviando absurdos correos electrónicos a bases de datos compradas. Probando un marketing que parece un experimento permanente.

Sin resultados claros ni un sentido del porqué de las cosas.

Lo he visto unas cuantas veces. Muchas.

Es normal, hacer marketing en internet no es fácil.

Las posibilidades que ofrece internet han llegado a toda pastilla y además cambian cada dos por tres.

Ahora cualquiera sabe abrir una página en Facebook, gastar unos centenares de euros en publicidad o comprar una base de datos sectorial.

Eso está al alcance de todo el mundo ahora mismo, no hace falta saber nada de marketing.

Ni de estrategia. Ni de comunicación. Ni de macramé.

El problema está en querer completar el puzzle mirando las piezas, sin haber visto antes la cubierta.

Antes de empezar a tener ocurrencias es necesario conocer cómo funciona internet y cuál es la relación entre web, redes sociales, publicidad y contenidos, por poner algunos ejemplos.

Porque de lo contrario se corre el riesgo de ir improvisando, probando un juguete tras otro.

Lo verdaderamente difícil es tener una en línea con los objetivos comerciales para que las acciones de marketing ayuden a generar nuevas oportunidades. O sea, a vender.

A marear la perdiz, no.

A vender.

Eso más o menos es lo que le pasaba a un cliente que tuve hace unos años. Le llamaremos Mario para mantener su anonimato.

Mario era un hombre inteligente, ágil para los negocios y con buen olfato comercial. Había levantado su empresa en los buenos tiempos, cuando los clientes venían y no había que salir a buscarlos como el que va a por setas.

Nuestro hombre llevaba más de 20 años al frente de su empresa, y con su par de docenas de empleados cada año celebraban los resultados. Eso hasta que llegó internet, las redes sociales y toda la historia.

Ahí empezaron los problemas.

Al principio todo lo digital le pareció fantástico. Se podían enviar emails en lugar de faxes. Genial.

Más rápido, más barato, más eficiente. Qué maravilla. Qué gozo. Qué alboroto.

Luego ya vinieron las páginas web y sus cambios constantes. Que si ahora flash, que si ahora responsive, que si ahora un parallax, que si ahora HTML5.

Y ahí ya el hombre andaba algo perdido. Pero siempre hubo un informático a mano que sabía mucho de eso.

Luego las ferias dejaron de ser lo que eran. Caras, costosas, difíciles de organizar y con un rendimiento poco claro.

Y, por si fuera poco, la pandemia. Ay, la pandemia.

De repente, los clientes dejaban de programar tantas reuniones.

Para qué, decían. Habiendo videoconferencias, emails y portales donde descargar las cosillas.

Y luego la competencia. Siempre tan lista, tan rápida, tan a la última.

Así que los malos resultados empezaron a llegar. Se acabaron las vacas gordas, los crecimientos de dos dígitos y el paquete por Navidad.

Pero claro, Mario lo que había montado era una fábrica, de marketing sabía lo justo. De hecho le parecía un gasto inútil y poco claro.

A pesar de eso en la empresa había un departamento de marketing, cómo no. Bueno, en realidad el departamento era una sola persona que llevaba el marketing: Juan.

Juan era un jabato, un profesional como la copa de un pino. Uno de esos que siempre quieres en tu equipo. Lo sabía todo sobre la empresa, sus procesos y los productos.

El problema era que Juan llevaba casi tanto tiempo en la empresa como Mario. Y de digital sabía lo mismo que de fontanería: más bien poco.

A Juan nunca le acabó de convencer lo de hacer cosas con internet. Jamás tuvo redes sociales y a pesar de que hizo algún curso corto reconocía abiertamente que no era su especialidad. Lo que de verdad sabía hacer Juan era preparar las fichas de producto (completísimas, eso sí), organizar ferias, diseñar catálogos, folletos, merchandising y algún anuncio más bien normalito.

Pero hasta Juan se daba cuenta de que las cosas habían cambiado y “lo de siempre” ya no era suficiente.

Así que empujado por Mario decidió invertir algo del presupuesto de marketing en community management.

Contrató a una persona a media jornada para que llevase las redes, hiciese algo con el email marketing y con las horas sobrantes hiciese seguimiento comercial. O sea, llamadas a puerta fría. Alguien sin una experiencia específica amplia ni una formación digamos sólida. Alguien barato, vamos.

Y puso algo de dinero en publicidad en Facebook. Con resultados psé. Algunas visitas a la web y poco más.

Luego compraron una base de datos de 200.000 contactos. El ABC de la industria, les dijeron.

Les enviaron ese newsletter que habían preparado con las noticias de la empresa. Y tampoco funcionó.

Y probaron muchas cosas más. Portales de búsqueda, una nueva página en Linkedin, Adwords y cosas así.

Y nada, un desastre total.

Cuando yo conocí a Mario estaban metidos con esto de la Transformación Digital. Andaba loco el hombre. Mario había ido a una conferencia en Madrid y volvió a la fábrica con más miedo que ilusión.

Que si los robots, que si la inteligencia artificial, que si el sursum corda.

Ya habían mirado un CRM mientras seguían mirando de reojo a los nuevos competidores que, poco a poco, les iban comiendo terreno.

Recuerdo perfectamente nuestra primera reunión. Habíamos quedado para un encuentro digamos informal gracias a una persona que nos había presentado.

Cuando me contó todo lo que habían probado y, sobretodo, cuánto gastaban inútilmente en digital supe enseguida que nos íbamos a entender rápido.

Mario tenía un grave problema de estrés digital. Sabía perfectamente que algo no iba bien pero ni siquiera sabía el qué ni mucho menos cómo solucionarlo.

La reunión se alargó más de lo que ninguno de los dos había previsto pero Mario salió de allí con algunas ideas ya claras sobre qué hacer y qué no hacer. Al cabo de un par de días me llamó “hemos parado todo lo que nos dijiste, pero ahora necesitamos que nos ayudes a tener una estrategia”.

De eso hace algunos años y sigo colaborando con ellos.

Yo estoy encantado y diría que ellos también.

Lo más importante: esta no es una historia ficticia.

Bueno, los nombres sí, claro. El resto es 100% realidad.

Pocas empresas tienen claridad y foco sobre qué hacer con internet, cómo utilizar lo digital para generar más oportunidades comerciales y vender más y mejor.

Muy pocas.

Si has llegado hasta aquí y alguna vez te has sentido como Mario o Juan este mensaje es para ti.

Creo que puedo ayudarte, igual que hice con Mario y sigo haciendo para empresas como la suya.

No soy informático, ni periodista, ni community manager ni el brujo de la tribu.

Soy alguien que lleva más de diez años en el mundo del marketing digital ayudando a empresas a crecer y ganar dinero.

No te voy a dar ninguna fórmula mágica, ni plantillas para descargar ni mucho menos promesas vacías.

Lo que sí te puedo dar:

  • y claridad en tus acciones de marketing en digital, como las que utilizan las empresas que crecen y ganan dinero.
  • Ayudarte a invertir cada euro en digital con sentido y generando oportunidades, consiguiendo que dejes de tirar el dinero en acciones inútiles y sin sentido.
  • Formar parte de tu equipo como externo para que tengas la tranquilidad hasta que podáis ser autosuficientes.

Por cierto, si lo que estás pensando es que vas a bajar el gasto en marketing porque bla, bla, bla, olvídate. Esto no va de ahorrar dinero sino de invertir eficientemente. Si empezamos a colaborar es bastante posible que cortemos gastos inútiles pero también que invirtamos en otras acciones más eficaces.

Te lo digo más claro por si acaso, no quiero que nuestra relación empiece con una asunción errónea. Si eres de los que cree que el marketing es una chorrada, que no sirve para nada y que todo gasto es inútil yo no soy la persona que estás buscando.

Sin embargo,

  • Si quieres poner foco en tus acciones para que tengan un sentido dentro de tu estrategia.
  • Si quieres invertir cada euro de forma inteligente probando nuevas técnicas y formando a tu equipo.
  • Si quieres incorporar experiencia y conocimiento a tu equipo con un coste controlado.

Entonces es bastante probable que pueda ser de ayuda en tu empresa.

No te voy a tratar como a un tonto prometiéndote la luna. Si tienes una empresa ya sabes lo mucho que cuesta todo y que las recetas milagrosas no existen.

¿Es importante invertir en digital?

Bueno, si me preguntas a mí qué te voy a decir. Me parece fundamental, básico, crítico diría.

Y no me refiero a abrir una página en Facebook, que a lo mejor sí. O a lo mejor no y la cerramos. Ya veremos.

Pero debes saber que “lo digital” te puede ayudar de muchas formas, deja que te indique sólo algunas de las más importantes:

  • Cada vez es más complejo competir en cualquier mercado y saber utilizar lo digital a tu favor puede hacer que puedas marcar la diferencia con tus competidores.
  • Podrías llegar a nuevos segmentos de mercado, nuevos clientes a los que sin tecnología no puedes llegar. En digital escalar ventas es más eficiente que por medios tradicionales.
  • Tal vez parte de tu marketing se pueda automatizar o escalar de forma que puedas generar más oportunidades. Muchas más. No te conformes con los informes de visitas, eso es de otra época.
  • Puedes plantearte crear nuevos productos y servicios o adaptar parte de lo que ya haces para que tenga más aceptación entre tus clientes.
  • Hay medios, tecnologías y herramientas para aumentar la atención que das a tus clientes y mejorar su satisfacción.
  • Puedes conocer más en profundidad cómo son tus clientes y cómo conectar con ellos de forma directa, sin intermediarios.

De todo ello y más podemos hablar para que tu empresa por fin sea más competitiva y despegue de nuevo.

Para saber cómo te puedo ayudar te propongo lo siguiente:

  • Analizo tu caso a partir de los resultados actuales, vuestros planes y estrategias y análisis del mercado. Veremos qué es lo que está fallando y qué es lo que frena tus resultados.
  • Juntos prepararemos una hoja de ruta con los siguientes pasos y planes de acción. Decidiremos cuáles son las estrategias que tu empresa puede asumir para mejorar a corto y largo plazo.
  • Te acompaño en la implementación de las soluciones como soporte a tu equipo y a ti mismo. Marcaremos las metas y los objetivos a conseguir en este proyecto.

     

¿Con este servicio tendrás una estrategia clara en digital para tu negocio?

Por supuesto, ese es el principal objetivo.

Te ayudaré a identificar las oportunidades que internet y la tecnología ofrece a una empresa como la tuya para que juntos definamos el plan detallado que te llevará a mejorar tus resultados.

El primer paso es que tengamos una primera conversación, me cuentas tu caso y vemos si te puedo ayudar y cómo.

¿Cuánto tiempo va a llevar el proceso?

Como mínimo seis meses. En mi experiencia es el tiempo que se necesita para realizar un buen análisis, decidir la estrategia a desarrollar y, sobretodo, implementar todos los cambios. Ese es el horizonte temporal que yo te propondré inicialmente y con el que podemos estar cómodos los dos.

Más allá de ese tiempo podemos seguir colaborando, por supuesto. Algunos clientes cuentan conmigo desde hace años y en cambio otros se ciñen a un proyecto en concreto. Eso ya depende de ti.

Pero exactamente, ¿en qué consiste?

Tendremos una primera reunión en la que identificaremos cómo puedo ayudarte y te plantearé las posibles soluciones. Si me contratas realizaré un análisis de la situación de tu empresa en relación al marketing en digital y te propondré una hoja de ruta con próximas acciones a desarrollar. No hay una fórmula mágica, cada proyecto es diferente y no puedo saber con antelación qué será lo mejor para tu caso.

Lo más probable es que debamos hablar de vuestra presencia en la red, los mecanismos para captar nuevos clientes, la formación de tu equipo, nuevas herramientas y tecnologías o sobre cómo mejorar la satisfacción de tus clientes. Veremos.

Una vez acordado el plan de acción contigo mensualmente nos reuniremos para hacer seguimiento de la implementación y seré un soporte para tu equipo.

Nuestro presupuesto ya está al límite, no podemos asumir un coste más

Si no estás dispuesto a invertir en tu negocio o ahora no es el momento no creo que pueda ayudarte. Eso sí, es probable que estéis invirtiendo dinero en acciones que no reportan ningún rendimiento y solo eso ya justifique la inversión. Analiza si esa puede ser tu situación.

Yo no tengo ni idea de digital, ¿es necesario tener conocimientos técnicos?

No, para eso están los técnicos. Tú deberás tener una visión general y comprender las ideas y principios que hay detrás de cada estrategia, yo te ayudaré con eso.

¿De verdad este servicio es para una empresa como la mía?

Este servicio no es para personas que no crean que el marketing es efectivo o que todo lo que pasa en la red es humo. Lo respeto, por supuesto, pero será difícil que nos podamos entender bien y que por tanto te pueda ayudar.

Tampoco es para personas que crean que todo lo digital debe ser de bajo coste o ejecutado por personas con poca preparación. Es justo lo contrario, harán falta inversiones y personas formadas. Eso sí, con inteligencia y profesionalidad.

Las empresas que le sacan partido a este servicio son las que apuestan por lo digital decididamente para estar más cerca de sus clientes, generar nuevas oportunidades y conseguir crecer en un entorno difícil.

¿Y si tus propuestas no me encajan?

Pues cada uno a su casa, sin problema. Yo busco clientes, no prisioneros.

Una vez realizado el análisis y realizadas las recomendaciones si no quieres seguir adelante, que lo dudo, ahí lo dejamos. Solo tendrás que abonar esa primera parte.

¿Y si estás ayudando a un competidor mío?

Te lo diré enseguida, no será la primera vez que me pasa. Y, desde luego, no podríamos seguir adelante.

No ayudo a dos empresas competidoras a la vez, me parece indecente. Sigo un principio fundamental, no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran.

¿Cuánto tiempo tengo para pensármelo?

Todo el del mundo, faltaría más. Tú mejor que nadie conoce las necesidades y urgencias de tu empresa.

El coste de tus servicios, ¿es una buena inversión?

Sí, si lo que estás buscando es tener una estrategia clara y además efectiva para tus acciones de marketing en digital y quieres que te ayude a definir tu plan de acción acompañando a tu equipo en cada paso a mejorar los resultados de tu empresa.

A partir de aquí, tienes que decidir tú.