Lo que Amazon Go va a conseguir

Lo que Amazon Go va a conseguir

Hoy ha saltado a primera plana la noticia de la apertura en Seattle de la tienda de proximidad de Amazon Go en la que te puedes llevar tu compra sin pasar por caja. Y no es que lo regalen, es que no es necesario. Me explico.

La tienda no es muy grande, sólo unos 200 m2 de sala con categorías de proximidad como comida, preparados, aperitivos y cosas por el estilo además de los básicos de cualquier centro de este tipo. Nada espectacular, lo bueno viene en el proceso de compra. Amazon ha dispuesto una tienda llena de sensores y cámaras que son capaces de detectar qué te has llevado cuando vuelves a pasar por la puerta, sólo es necesario identificarse a la entrada a través de una aplicación. Así, al salir Amazon te hará la liquidación directamente, te enviará la factura de forma automática y, por supuesto, cargará en tu tarjeta las compras.

El sistema no es perfecto, ¿pero cuál lo es? ¿Acaso no hay robos en los hipermercados convencionales? Sólo en 2015 la pérdida desconocida se cifraba en unos 1.800 millones de euros, casi nada.

Así que, aunque sólo sea en esta tienda, el hacer la horrible cola para pagar se habrá acabado. Se acabó manipular otra vez tu compra para ponerla en una cinta, se acabó el volver a colocarlo todo de nuevo. Se acabó la espera en la cola mientras miras el expositor de chicles, cuchillas y targetas regalo. Se acabaron las lecturas de código de barras erróneas y los viajes en patines de las cajeras. Se acabaron los siete tickets con las promociones, los puntos, los cromos y las cervezas gratis. Se acabó el buenos días tan correcto como frío e impersonal. Se acabó la oferta que te hace la cajera para que te lleves un melón a punto de caducar tanto si has comprado toallitas WC como si has comprado manzanas. Se acabó el no poder pasar los puntos por la tarjeta porque te las dejado y sin el plástico no pueden hacerlo.

Recuerdo a finales de los noventa asistir a un Congreso AECOC sobre marketing aplicado a gran distribución y alguien que no recuerdo (José Luis Nueno?) ya hablaba de los hipermercados automatizados en los que no habría cajeras y podríamos libremente llevarnos la compra gracias a los carros inteligentes. De eso hace ya más de veinte años y poca cosa parece haber cambiado. Me acuerdo de él cuando voy a Carrefour (cada vez menos, por cierto) y de las seis cajas rápidas sólo funcionan bien dos y además hace falta una persona que ayude en el proceso porque si no el atasco es fenomenal. Sólo en EEUU hay 3.5 millones de cajeros que no sé muy bien cómo se habrán tomado la noticia. Pero que la tecnología es imparable es tan claro como que mañana saldrá el sol. No es seguro del todo pero es bastante probable.

Mientras la gran distribución parece mirar hacia otro lado el crecimiento de Amazon Prime es meteórico:

 Amazon Prime

Fuente: Business Insider

Cada vez que hago una compra con Amazon Prime me acuerdo de la última vez que en una charla comparé la usabilidad de la web de Ulabox con la de Mercadona, El Corte Inglés o Carrefour. Hasta Juan Roig no dudó en decir en voz alta lo que todos sabíamos, que la web es una mierda. A la vez Amazon va sumando clientes a través de Pantry, su proyecto para que puedas hacer la compra cómodamente desde tu ordenador, móvil o tablet.
La distribución tendrá que repensar sus procesos y lo tiene que hacer rápido. Ya no vale con pensar que el futuro es algo que nunca acaba llegando. Para cuando se quieran dar cuenta no sé muy bien cómo lo van a arreglar. ¿Siempre se está a tiempo de subirse al carro? ¿Seguro? Cuando un cliente ya ha cambiado sus hábitos de compra, ¿es sencillo hacer que cambie otra vez?
Veremos.